Viajes de papel. Las montañas de la mente de Robert Macfarlane
Felipe Gomez
Este ensayo nos persigue desde hace tiempo y por fin llegó a nosotros como regalo. Se trata, como dice la segunda parte del título, de la historia de una fascinación. De una atracción, a veces fatal, que los hombres y las mujeres han sentido desde siempre por las montañas. Trata, remontándose a los primeros que se adentraron en ellas y sumergiéndose en sus mentes, de buscar una explicación a esta fuerte atracción que nos hace abandonar las comodidades, enfrentarnos a peligros y exponernos incluso a la muerte.
El ensayo, editado en 2003, busca entre los pensamientos y las emociones de los pioneros. Como ha ido cambiando la precepción que tenemos de las montañas, desde una espacio aterrador, morada de monstruos y divinidades, a un paisaje sublime por conquistar y en el que jugar.
Sin salirse del mundo anglosajón y del británico en particular -muy masculino por otra parte- Robert nos acompaña, entremezclando sus propias experiencias, en el relato de la evolución en la forma de concebir estos espacios. Desde la aproximación científica a estos lugares geológicos de hielo y frío, que son un libro abierto de la historia de la Tierra, hasta la concepción artística y puramente deportiva de las cordilleras del planeta.
No es un relato al uso de las conquistas de las mas grandes o bellas montañas, es una búsqueda en la mente de los protagonistas. Por qué han existido y existen tantos personajes como Mallory, el único en el que Robert se detiene describiendo su relación con el Everest, que lo dejan todo por un paisaje inhóspito. Mallory dejó su vida después de tres expediciones británicas al tercer polo, el Everest, la montaña mas alta del planeta. Él representa el paradigma de lo que Robert busca con este ensayo. Pero no hay respuesta fija, son muchas, lo que si está claro es que las montañas ejercen un poder de fascinación que está más allá de reto personal, del ejercicio de superación o de las empresas nacionales de conquista de nuevos territorios. Quien sabe. Es la luz, el frío, la sensación primigenia de contacto con la Naturaleza, la grandeza de un paisaje que nos lleva al origen de la Tierra, donde todo es roca y hielo. Jugar en lo desconocido, compartirlo, contarlo. Quien sabe.
Robert Macfarlane. Las montañas de la mente. Random House 2020