Corona de rey (saxífraga longifolia)
Felipe Gomez
Cuando nos adentramos en un barranco calizo y descendemos por encajonados pasillos erosionados por las crecidas siempre quedamos sorprendidos al encontrarnos con esta estética planta original de los Pirineos.
La corona de Rey o Coda de Borrega como también se conoce en Aragón es una planta herbácea con hojas gris-verdoso, gruesas, estrechas y alargadas, con incrustaciones calcáreas en los bordes. Las hojas se amontonan ordenadamente en rosetones que van ensanchando de año en año hasta alcanzar los 20 o 30 cm, creando una estética corona sobre las paredes.
Crece en fisuras de la roca y en rellanos pedregosos calizos, desde los 300 m hasta los 2400 m, formando a veces poblaciones muy numerosas.
La floración se produce según la altitud desde mayo hasta julio. El tallo floral crece perpendicular a la roca y lo hace una sola vez en la vida pudiendo alzarse hasta los 80 cm de alto, rollizo y carnoso, saca a su vez ramilletes de flores en todas direcciones. Todo el conjunto es muy pegajoso atrayendo a infinidad de insectos.
La Corona echa el resto y como mecanismo de reproducción gasta todas sus energías antes de morir elevando sobre la roca este tallo florido que durante el verano ira muriéndose e inclinándose de tal forma que las diminutas semillas al caerse por el agua y el viento podrán desplazarse a traves la caliza hasta encontrar una pequeña hendidura donde volver a iniciar el ciclo. Después la planta cae dejando a su vez espacio para futuras generaciones.
Se sabe que esta planta ya florecía en los Pirineos antes de las glaciaciones, de donde parece que es originaria. Con el avance de los hielos la especie fue empujada hacia sierras mas meridionales hasta alcanzar el Atlas marroquí.
Se conoce en todo el Pirineo por su toxicidad y especialmente por su condición abortiva. Incluso existen noticias de muertes de algunas mujeres por dicho uso. Hoy parece que ya solo se utiliza en veterinaria popular. En el momento del parto se puede dar al ganado para que expulse las parias con facilidad.
Una planta muy bella y estética. La corona del reino rupícola, allí donde es difícil encontrar un espacio para crecer esta planta es capaz desde hace millones de años de sobrevivir y de crear bellas estampas que harán la delicia de aquellos que se adentren en sus rocosos dominios.
Bibliografía
Francisco Javier Barbadillo Salgado. Flores del Pirineo. Editorial Pirineo. 1998.
Luis Villar Perez et álii. Plantas medicinales del Pirineo Aragonés y demás tierras oscenses. Diputación Provincial de Huesca / Instituto Pirenaico de Ecología, 1992.
José A. Ortega y Miguel Ángel Á. Cebrian. 50 Barrancos del Pirineo. Los descensos mas bellos. Desnivel, 2006