Grasilla (Pinguicula grandifolia)
Felipe Gomez
Se acerca la temporada de barrancos, de introducirse en el mundo de los ríos y de sus misterios y entre otras muchas sorpresas que nos podemos encontrar en los barrancos se encuentra la misteriosa Grasilla. También conocida como Flor de las fuentes se trata de una planta abunda en rezumaderos, manantiales y otros suelos húmedos del Pirineo hasta los 2.600 m de altitud.
En los lugares propicios a su crecimiento por la abundancia de agua suele formar llamativas colonias que destacan del resto de plantas por su llamativo color verde manzana.
Observando detenidamente lo que más llamará nuestra atención será que se trata de una planta carnívora. Aunque no disponen de mecanismo de captura activo, su método de nutrición es en parte del tipo carnívoro. La planta está formada por una roseta basal de hojas pegajosas sobre las cuales se encuentra a menudo pegados pequeños insectos, de ahí su nombre de grasilla.
Las hojas están cubiertas por miles de pelos pequeños que segregan gotitas de una sustancia pegajosa. Cuando una presa queda atrapada en esta pega, un segundo tipo de glándulas comienza a segregar un líquido compuesto por ácidos y enzimas digestivos que disuelven las partes más duras de los insectos. Posteriormente, las cutículas reabsorben el líquido, ahora rico en nutrientes.
Perteneciente a la familia de las Lentibulariáceas este género de las Pinguiculas cuenta con gran cantidad de especies, siendo la grandiflora la más común en el Pirineo.
Del corazón de la planta surgen en la primavera una o más astas florales de una decena de centímetros de longitud con flores de color violeta. En Aragón la infusión de la planta seca es considerada como antitusiva y antiespasmódica. En algunos valles se usan las hojas frescas, al exterior, para cicatrizar heridas y llagas.
Bibliografía
-Luis Villar Perez et álii. Plantas medicinales del Pirineo Aragonés y demás tierras oscenses. Diputación Provincial de Huesca / Instituto Pirenaico de Ecología, 1992.