Viajes de papel. El duque de los Abruzzos, vida de un explorador. Mirella Tenderini y Michael Shandirck
Felipe Gomez
Se dice que una gitana leyó el provenir de Louis de Saboya cuando tenía diez años, un día que paseaba por las afueras de Turín: "algún día te sentarás en un trono, y tu padre te dará por esposa la reina más bella del mundo" le dijo, a lo que el joven contestó "¡fuoco de San Antonio! ¿Y tú qué sabes? Yo voy a ser marinero, navegaré por todos los mares y me casaré con quien quiera.
Lo primero lo consiguió con creces, lo segundo ya es otra historia que conoceremos con la lectura de esta original biografía escrita por la italiana Mirella Tenderini y el canadiense Michael Shandrick. Los autores, sin conocerse y de forma epistolar, han tejido una completa historia, muy bien documentada, de uno de los exploradores más ejemplares de finales del siglo XIX y principios del XX. El magnífico caballero en palabras de Walter Bonatti.
Luis Amedeo José María Fernando Francisco de Saboya-Aosta nación en Madrid en el año 1873 cuando su padre, Amadeo I, hijo del rey de Italia, ocupaba el trono español después de que la revolución de 1868 depusiera a Isabel II. En este ambiente de realeza y de final de los antiguos regímenes se movió nuestro personaje. Vinculado a la montaña desde muy pequeño llego escalar muchas cimas de los Alpes, acompañado de algunos de los mejores guías y alpinistas de la época, como el mismo Mummery que le llevo a la cima del Cervino. Entre algunas de las virtudes del Duque, aparte de lo meticuloso y apasionado por sus proyectos, fue tener una buena intuición para elegir las personas que lo acompañarían en sus viajes y expediciones. Pertigax, Cagni, Vittorio Sella (que retrato sus expediciones en magníficas fotos)...entre otros formaron un grupo exitoso para las numerosas aventuras que les planteó el Duque.
Una vida vinculada a la marina italiana y a la aventura le llevó a organizar y protagonizar algunas de las mayores hazañas de la exploración moderna: Ascensión al Monte Elías, Una expedición al Polo Norte con record de latitud norte, la exploración del Ruwenzori, Expedición al K2, exploración del río Uebei-Shebeli en Eritrea. Todo recubierto de un halo de caballerosidad y elegancia únicas de un hombre que representaba una clase social que estaba en crisis. Su relación con una millonaria americana, su participación como almirante de la Marina en la Primera Guerra Mundial, su pasión por las regatas e incluso por las primeras carreras de coches, su vida como empresario y agricultor utópico en Somalia...
Una trayectoria vital enérgica y admirada por muchos, no en vano ha sido fuente de inspiración para autores como Huggo Pratt, programas como Al Filo de la Imposible o grandes alpinistas y viajeros como Walter Bonatti.
Mirella Tenderini y Michael Shandrick. El Duque de los Abruzzos. Vida de un explorador. Desnievel 2001